jueves, 3 de abril de 2008

Mi Vida Contigo

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Me basta tan solo con hablar de una rosa, que perfuma el espacio con aromas de besos, atormenta mis manos con espinas filosas y decora en sublime con el rojo del fuego.
Que le arranca las lágrimas del amor y la dicha, al amante dudoso que de frente le mira y la hace en sus manos la terrible cautiva; de sus llantos, dolores, sus deseos y gozos.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Debería empezar por pasión y sonrisas, por deseos ardientes de calor y reposo, por la lúgubre luz que el pasado ilumina, en hermosos destellos de recuerdos dormidos.
Y es la triste semblanza de mi piel en tu nombre, que me hace dudar en caricias de gozo, terminando en locura, en amor, en tragedia, de un niño olvidado en mi ser, ya de hombre.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Simplemente redundo en los dulces recuerdos, que se mezclan con hiel de peleas absurdas y el pasado es un eco que repite en mi mente, el deseo insalvable de tenerte conmigo, olvidando la hiel que recorre mis venas, endulzando mi vida con futuros recuerdos, castigando mi alma con sabores de vinos, que jamás lograrán en mi vida la calma.

Y es absurdo pensar que mi vida contigo, solo llena de amargos mis vivencias pasadas.
Eres tu y tu cuerpo la exquisita morada, del tesoro más grande que a mi vida ha llegado, el tesoro que llena con amor y alegrías, con palabras graciosas y una dulce sonrisa, este espacio vació y de oscuro pesar, que al tomar la partida, en mi ser ha quedado.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
El mismísimo Cristo debe entrar en conversa, pues domingo a domingo a mi cama llegaba, en tus manos de ángel y en el beso sublime, que se hacía uno solo al amor de dos niños.
Debo hablar de las flores, que entre muchos colores, animaban mi espíritu a salir de mañana, que llenaban mi cuarto de perfume y sonrisas, y un momento sublime que a mi día adornaba.

Debo hablar de los días, que entre besos pasamos, del sofá hasta el piso y del piso a la cama, cuando a penas curiosos, sin saber el destino, caminamos al borde del placer ideal.
Debo hablar sin remedio, de los años pasados, que han traído consigo lo que hoy cosechamos, los limones jugosos de agridulce sabor, que hoy por hoy son razón de un destino irreal.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Debo hablar de los sueños que hoy por hoy se marchitan, en la triste razón que nos hace pensar, y nos hace sentir que no valen la pena, esos sueños futuros con incierta llegada.
Porque ya no hay razón que mantenga este amor, porque ya no hay sentido que dirija los pasos, porque hoy simplemente la pasión se apagó, al dejar la confianza y al respeto en pedazos.

Como diablos rescatar el amor que había antaño, cuando todo lo demás está hecho de cenizas, cuando hablar es imposible, sin llegar a discutir la
dialéctica o semántica que dirigen la palabras.
Como puedo hoy en día, mantenerme en el presente y olvidar tiempo pasados, apelando a diplomacias y palabras rebuscadas, que el amor a plena luz los hubiera rechazado.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Una nube de humo me atormenta en la calma, con susurros de risas, con pisadas marcadas y los amplios momentos que en el dulce vivir, se volvieron sabores de un amargo dolor.
Es inútil tratar de burlar el pasado, que nos dio las sonrisas y arrancó desengaños, pues sabemos muy bien lo que ya se avecina, soledad imperiosa y un ferviente temor.

Un temor que me arropa mientras pienso en tu rostro, y en los besos tatuados, con acero en mi piel, un temor de tenerte, un temor de perderte, un afán imposible de una vida sin ley.
Y es la luz de los cielos que ilumina un sendero, que se aleja sin rumbo de tu cuerpo de seda, que me deja enfrentado a mis sueños ya rotos, y se lleva el amor que hoy me amarga con hiel.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Solo cruces me acosan, intentando explicarme, el por que de mis dudas, de mis largos engaños, el porque de mi vida, que contigo a mi lado, no ha podido crecer y seguir germinando.
Ya no sé lo que escribo, solo estoy divariando y mi mente no sabe escapar de frío, que congela mi alma en las aguas de un río, y se lleva mi ser por caminos sombríos.

Y a pesar de estas lineas, y a pesar de mi mismo, he tomado ya un rumbo, he tomado un camino ya se bien lo que viene en vida futura, soledad, soledad, soledad y locura, separado de ti y tu hermosa figura, y del real descendiente de este humilde plebeyo, que al final es mi alma y mi ser en perfecto, en un sueño de glorias que jamás ocurrieron.

El amor no se acaba y tampoco es de roca, es la planta que algunos, jamás ven cosechar y mi vida contigo es amor y pasión, que germina de dicha y se baña de sol, que se toma de espacios y de un falso fulgor, que marchita los sueños y sofoca al perdón. Así es nuestra la vida que por años duró, y muy juntos quisimos, pero ya terminó...

Epilogo: A la única mujer que amé en contra de todo y todos, y me dio mis mayores alegrías y peores tristezas. 

martes, 1 de abril de 2008

Al Verla

En sus ojos, la profundidad del mar y la belleza del firmamento nocturno se juntan. Dando paso a un legado incontenible de sentimientos y sueños, que se entremlezclan con lo dulce de su alma, y lo amargo de sus derrotas. Jamás baja la mirada ante nada ni nadie, pues sabe como doblegar al más fuerte con una sonrisa.

Felina sensualidad hay en sus pasos, que solo logran describir la majestuasidad pura que dá su presencia. Es imposible no mirarla, pero más imposible aún es hacerlo y no caer a sus encantos. Su energía le antecede y abre todas las puertas a su ímpetu, y su sola presencia le hace dueña del espacio y la atención.

Ha sido capáz de tomar parte de su propia alma, y en un mágico instante, convertirla en un nuevo y maravilloso ser, al que le debe la vida y los sueños futuros. Ella es el cimiento mismo del futuro, luchando con la vida en su presente.

Ella sabe que en sus manos, los problemas son solo oportunidades y el destino, su desición. No es posible someterla a designios ni normas, pues la libertad de su alma solo está voluntariamente atada a su descendencia.

Se mimetiza y se adapta, es amor y lujuria, es romance e ironía, es la luz de su sonrrisa y la oscuridad de un secreto. Imposible es clasificarla, definirla o describirla a plenitud, por que como el viento, puede refrescar, acariciar o destruir, pues conoce sus fuerzas y debilidades.

Si logra atraparte en su mirada, jamás podrás salir de ella. Ni tiempo o espacio, ni experiancias o tragedias, podrán liberarte jamás, del recuerdo infinito de haber sido poseido por su voluntad y belleza. Si algún día la ves, sin duda alguna sabras que es Ella...


Epilogo: Para Yorieli Briceño, una mujer muy especial, quien alguna vez me dió la dicha de dejarme admirar su alma.