martes, 1 de abril de 2008

Al Verla

En sus ojos, la profundidad del mar y la belleza del firmamento nocturno se juntan. Dando paso a un legado incontenible de sentimientos y sueños, que se entremlezclan con lo dulce de su alma, y lo amargo de sus derrotas. Jamás baja la mirada ante nada ni nadie, pues sabe como doblegar al más fuerte con una sonrisa.

Felina sensualidad hay en sus pasos, que solo logran describir la majestuasidad pura que dá su presencia. Es imposible no mirarla, pero más imposible aún es hacerlo y no caer a sus encantos. Su energía le antecede y abre todas las puertas a su ímpetu, y su sola presencia le hace dueña del espacio y la atención.

Ha sido capáz de tomar parte de su propia alma, y en un mágico instante, convertirla en un nuevo y maravilloso ser, al que le debe la vida y los sueños futuros. Ella es el cimiento mismo del futuro, luchando con la vida en su presente.

Ella sabe que en sus manos, los problemas son solo oportunidades y el destino, su desición. No es posible someterla a designios ni normas, pues la libertad de su alma solo está voluntariamente atada a su descendencia.

Se mimetiza y se adapta, es amor y lujuria, es romance e ironía, es la luz de su sonrrisa y la oscuridad de un secreto. Imposible es clasificarla, definirla o describirla a plenitud, por que como el viento, puede refrescar, acariciar o destruir, pues conoce sus fuerzas y debilidades.

Si logra atraparte en su mirada, jamás podrás salir de ella. Ni tiempo o espacio, ni experiancias o tragedias, podrán liberarte jamás, del recuerdo infinito de haber sido poseido por su voluntad y belleza. Si algún día la ves, sin duda alguna sabras que es Ella...


Epilogo: Para Yorieli Briceño, una mujer muy especial, quien alguna vez me dió la dicha de dejarme admirar su alma.

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