martes, 10 de junio de 2008

A Dulcinea...

BHace años ocurrió y simplemente se perdieron, se perdieron de mis ojos tus ojos en mis recuerdos, se perdió tu dulce voz en mis oscuros silencios, se perdió tu risa suave entre mis sueños eternos. Y sentí que el rumbo brioso de mis deseos etéreos, se perdía incontrolable por los senderos del tiempo, quedando a la intemperie de soledad y recelo, mi corazón y semblante, mis alas en pleno vuelo.
Y así pasaron los días y meses sin tu presencia, viendo pasar entre sombras los ocasos de tu cielo, que jamás finalizaban en jardín profundo y negro, de la luna, las estrellas y los pequeños luceros. Y fue quedando sumido en un amargo letargo, ese hermoso sentimiento que me ató de pies y manos a tu cabello dorado, asfixiando mi esperanza de mirarte nuevamente, ocultando en mi memoria los recuerdos y el pasado.
Y fue Dios en su milagro de palabras y distancia, que volví a saber de ti luego de tantos años. A traves de una ventana, navegando sin un barco, logré ver aún sin creerlo en tus ojos y tus labios, ese brillo alucinate del carisma que había antaño. Y mirando tu retrato con su inmutable expresión, fui colmado en la emoción del Quijote en su combate, cuando vence en dura lid al molino en la colina, cuando piensa en Dulcinea con el pecho que aún le late.
Al salir de mi emoción de mirarte nuevamente, solo el pánico arropó a mi ser en una sombra. Ya las cosas del pasado han quedado muy atras, y saber si recordabas al hermoso Rocinante, podía ser estimulante o tan solo una patada. Podía ser que ni supieras que el plebeyo que te habla, era el loco que en antaño por tu aroma respiraba, que sin magia o brujería y con solo tu mirada, en la noche y a la vista, invisible te besaba.
Con cautela y muy a tientas te invité a conversar, te invité a que te observaras a través de mis palabras. Y esperando de tu escrito el silencio de estos años, sorprendiste en expedito a mi ser con tus palabras, invitandome a charlar a través de un mensajero, y firmando hasta el final con un beso cariñoso. Y fue entonces que ocurrió el milagro aún divino, de saberte Dulcinea del Quijote en el olvido, que despierta del letargo como amigo presuroso.
Así entonces han pasado, desde lejos y aún sin vernos, las palabras que bosquejan un encuentro entre nosotros, que planean un momento de sonrisas y de gozos, de palabras distraidas por un hito natural. Un momento que permita, entre charlas y conversas, relatar los muchos pasos de tu vida en el andar, y también que me permita dibujarte mis hazañas, cual Quijote empedernido, cual Cervantes al narrar.
Y aún espero con paciencia, el que ocurra ese momento, que por años he esperado en sofocante silencio. Donde pueda entre sonrisas, un helado y chucherías, compartir del gran arqueologo aventuras y desvelos. Y que sirva para ambos como un viaje al largo sueño, que transporta nuestra mente, de nuestros llantos muy lejos. Que tan solo en un instante nos permita divariar, en un mundo de irreales y se haga un nuevo ito, que mi hermosa Dulcinea te permita sonreir, y te haga hoy plebeya, como mía en un poquito...
Ni lo dudes, es para tí: Yolimar Martinez.

lunes, 2 de junio de 2008

El Sublime Momento

El tibio marmol de tu piel, resplandece bajo la luz del ocaso, adornando incólume la armonía infinta de tu belleza. Dos tiernos vigilantes custodian la profundidad de tu espíritu, mientras el aroma de invisibles jardines, perfuman incesantes el espacio que te rodea. Avivas el carmesí de tus labios en un constante y sumiso moder, cuando inexplicables temblores sacuden el simiento mismo de tu entro, desdibujando tu conciencia entre el instinto y el deseo.

Tus manos recorren mi rostro, difuminando caricias y construyendo sueños, mientras el leve murmullo de tu respiración, despierta al dragón que se guarda en mi pecho. Tu boca es ahora mi mayor devoción, tu pecho el objeto de mis caricias. Y en el medio de la batalla entre el placer y el tiempo, desaparece tu ropa entre mis manos y comienzo vestir tu cuerpo con mis besos.

Mis labios exploran tu cuello y se pierden por tu pecho, acarician tus hombros y tu espalda, saborean tus brazos y tu dedos. Y así los dejo disfrutar del dulce sabor que jamás empalaga. Es sabor de manjares que se sirve entre dioses, y que el solo probarlo conduce al edén. Pero tomar el licor que se exparse sobre tu piel, es querer sofocar el infierno con gotas y pretender que la sed que genera un desierto, pueda ser satisfecha con un simple rocío.

Necesito ebriagarme del placer de tu cuerpo, saciar por completo esta sed que me embarga. Y por mas que lo intento no concibo otra forma, que libar de tu vientre el licor de tu entro. El tomar sin descanzo el fulgor de la rosa, que se esnconde muy cerca del albino manzano. Y así es como entonces, acortando el espacio entre mi boca y tus petalos, fui besando tu piel hasta el sur de tu cuerpo, que en ardor de pasión se rebosa en deseo.

Se posó ante mis ojos y adornado entre petalos, el viñedo que urdido por el placer de mis besos, es la fuente insesante de licor y deseo. Dejé que mis labios se bañaran de ti, dejé que mi mente se perdiera en olvidos. Y así fueron tus manos a cardar mis cabellos, en el medio de roces que avivaban el fuego.

La coral de suspiros, que atrapaba tu voz en un delirio, se interrupió abrupta por el raudo violín de tus gemidos. Y el estallido furiozo que se expandía en tu vientre, desplegó en un instante de gloriosa pasión, el manantial infinito de tu orgasmo sublime. Y al fin pude sentir que mi vida volvía, que la sed en tritezas había sido saciada, que el afán por tu piel en mi piel se calmaba. Y las últimas gotas del licor de tu cuerpo, las mas dulces de todas que salieron de ti, las bebí sin apuro destilando y cayendo, de la fuente gloriosa de tus ojos morenos.

viernes, 2 de mayo de 2008

Maldito

No se como vivir con esta maldición en mis entrañas, que solo me deja caminos escabrosos y oscuros, sin horizóntes ni destinos. Quisiera encontrar mañanas en los ocasos de mis desiciones, donde solo se confrontan los ángeles y demonios que residen en mi alma. Necesito sacar de piel, los sudores olvidados por el pecado divino del sexo, y así desentrañar la maldición que mantiene mi vida en vilo. Pasa el tiempo y recuerdo mis actos, y veo ellos los destellos de razón que acompañan la catastrofe de mi vida.
Pero mi maldición, debe ser solo mía, sin espacio mas allá de mi ser. Sin temor a ella, para no doblegarme sino fortalecerme, hacerme crecer invulnerable y fuerte. Guiando mis pasos, con la luz que emanan de los ojos de mi mayor tesoro. Olvidando el camino, la oscuridad y mi propia maldición, para que mi pequeño gran tesoro sea felíz. Por que entiendo que su felicidad será la mía, por que entiendo que su vida será mi norte, y solo será su triunfo y alegría lo que logre liberarme de esta maldición.

jueves, 3 de abril de 2008

Mi Vida Contigo

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Me basta tan solo con hablar de una rosa, que perfuma el espacio con aromas de besos, atormenta mis manos con espinas filosas y decora en sublime con el rojo del fuego.
Que le arranca las lágrimas del amor y la dicha, al amante dudoso que de frente le mira y la hace en sus manos la terrible cautiva; de sus llantos, dolores, sus deseos y gozos.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Debería empezar por pasión y sonrisas, por deseos ardientes de calor y reposo, por la lúgubre luz que el pasado ilumina, en hermosos destellos de recuerdos dormidos.
Y es la triste semblanza de mi piel en tu nombre, que me hace dudar en caricias de gozo, terminando en locura, en amor, en tragedia, de un niño olvidado en mi ser, ya de hombre.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Simplemente redundo en los dulces recuerdos, que se mezclan con hiel de peleas absurdas y el pasado es un eco que repite en mi mente, el deseo insalvable de tenerte conmigo, olvidando la hiel que recorre mis venas, endulzando mi vida con futuros recuerdos, castigando mi alma con sabores de vinos, que jamás lograrán en mi vida la calma.

Y es absurdo pensar que mi vida contigo, solo llena de amargos mis vivencias pasadas.
Eres tu y tu cuerpo la exquisita morada, del tesoro más grande que a mi vida ha llegado, el tesoro que llena con amor y alegrías, con palabras graciosas y una dulce sonrisa, este espacio vació y de oscuro pesar, que al tomar la partida, en mi ser ha quedado.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
El mismísimo Cristo debe entrar en conversa, pues domingo a domingo a mi cama llegaba, en tus manos de ángel y en el beso sublime, que se hacía uno solo al amor de dos niños.
Debo hablar de las flores, que entre muchos colores, animaban mi espíritu a salir de mañana, que llenaban mi cuarto de perfume y sonrisas, y un momento sublime que a mi día adornaba.

Debo hablar de los días, que entre besos pasamos, del sofá hasta el piso y del piso a la cama, cuando a penas curiosos, sin saber el destino, caminamos al borde del placer ideal.
Debo hablar sin remedio, de los años pasados, que han traído consigo lo que hoy cosechamos, los limones jugosos de agridulce sabor, que hoy por hoy son razón de un destino irreal.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Debo hablar de los sueños que hoy por hoy se marchitan, en la triste razón que nos hace pensar, y nos hace sentir que no valen la pena, esos sueños futuros con incierta llegada.
Porque ya no hay razón que mantenga este amor, porque ya no hay sentido que dirija los pasos, porque hoy simplemente la pasión se apagó, al dejar la confianza y al respeto en pedazos.

Como diablos rescatar el amor que había antaño, cuando todo lo demás está hecho de cenizas, cuando hablar es imposible, sin llegar a discutir la
dialéctica o semántica que dirigen la palabras.
Como puedo hoy en día, mantenerme en el presente y olvidar tiempo pasados, apelando a diplomacias y palabras rebuscadas, que el amor a plena luz los hubiera rechazado.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Una nube de humo me atormenta en la calma, con susurros de risas, con pisadas marcadas y los amplios momentos que en el dulce vivir, se volvieron sabores de un amargo dolor.
Es inútil tratar de burlar el pasado, que nos dio las sonrisas y arrancó desengaños, pues sabemos muy bien lo que ya se avecina, soledad imperiosa y un ferviente temor.

Un temor que me arropa mientras pienso en tu rostro, y en los besos tatuados, con acero en mi piel, un temor de tenerte, un temor de perderte, un afán imposible de una vida sin ley.
Y es la luz de los cielos que ilumina un sendero, que se aleja sin rumbo de tu cuerpo de seda, que me deja enfrentado a mis sueños ya rotos, y se lleva el amor que hoy me amarga con hiel.

Si deseo hablar de mi vida contigo...
Solo cruces me acosan, intentando explicarme, el por que de mis dudas, de mis largos engaños, el porque de mi vida, que contigo a mi lado, no ha podido crecer y seguir germinando.
Ya no sé lo que escribo, solo estoy divariando y mi mente no sabe escapar de frío, que congela mi alma en las aguas de un río, y se lleva mi ser por caminos sombríos.

Y a pesar de estas lineas, y a pesar de mi mismo, he tomado ya un rumbo, he tomado un camino ya se bien lo que viene en vida futura, soledad, soledad, soledad y locura, separado de ti y tu hermosa figura, y del real descendiente de este humilde plebeyo, que al final es mi alma y mi ser en perfecto, en un sueño de glorias que jamás ocurrieron.

El amor no se acaba y tampoco es de roca, es la planta que algunos, jamás ven cosechar y mi vida contigo es amor y pasión, que germina de dicha y se baña de sol, que se toma de espacios y de un falso fulgor, que marchita los sueños y sofoca al perdón. Así es nuestra la vida que por años duró, y muy juntos quisimos, pero ya terminó...

Epilogo: A la única mujer que amé en contra de todo y todos, y me dio mis mayores alegrías y peores tristezas. 

martes, 1 de abril de 2008

Al Verla

En sus ojos, la profundidad del mar y la belleza del firmamento nocturno se juntan. Dando paso a un legado incontenible de sentimientos y sueños, que se entremlezclan con lo dulce de su alma, y lo amargo de sus derrotas. Jamás baja la mirada ante nada ni nadie, pues sabe como doblegar al más fuerte con una sonrisa.

Felina sensualidad hay en sus pasos, que solo logran describir la majestuasidad pura que dá su presencia. Es imposible no mirarla, pero más imposible aún es hacerlo y no caer a sus encantos. Su energía le antecede y abre todas las puertas a su ímpetu, y su sola presencia le hace dueña del espacio y la atención.

Ha sido capáz de tomar parte de su propia alma, y en un mágico instante, convertirla en un nuevo y maravilloso ser, al que le debe la vida y los sueños futuros. Ella es el cimiento mismo del futuro, luchando con la vida en su presente.

Ella sabe que en sus manos, los problemas son solo oportunidades y el destino, su desición. No es posible someterla a designios ni normas, pues la libertad de su alma solo está voluntariamente atada a su descendencia.

Se mimetiza y se adapta, es amor y lujuria, es romance e ironía, es la luz de su sonrrisa y la oscuridad de un secreto. Imposible es clasificarla, definirla o describirla a plenitud, por que como el viento, puede refrescar, acariciar o destruir, pues conoce sus fuerzas y debilidades.

Si logra atraparte en su mirada, jamás podrás salir de ella. Ni tiempo o espacio, ni experiancias o tragedias, podrán liberarte jamás, del recuerdo infinito de haber sido poseido por su voluntad y belleza. Si algún día la ves, sin duda alguna sabras que es Ella...


Epilogo: Para Yorieli Briceño, una mujer muy especial, quien alguna vez me dió la dicha de dejarme admirar su alma.

lunes, 17 de marzo de 2008

Eres mía en un poquito ...

Sin que quieras admitirlo, y aunque el mundo no lo sepa
aunque el cielo se desplome, y la luna no se encienda
en tu alma hay una mancha, que no a todos le revelas.

Es la mancha de un recuerdo, que la vida te ha dejado
es tatuaje de una rosa, con la forma de tus labios
El que siempre llevarás, hasta el último juzgado.

Sabes bien de que te hablo, ya no puedes ni negarlo
pues te sale de los poros, el aroma del recuerdo
que mantiene de por vida, el suceso de otro tiempo
donde un beso te marcó, en la piel a fuego lento.

Eres mía en un poquito, por ser mío aquel suceso
que dejó sobre tus labios, los sabores de este amor.
Eres mía en un poquito, por aquel lento fulgor
que camina hoy sin rumbo, en la historia ya olvidada.

Una historia que se siente, aunque estés muy alejada
de la vida que jamás, verás hecha ante tus ojos
pues murió en un recuerdo, convirtiendose en despojos.

Eres mía en un poquito, solo espero que lo entiendas
y aunque ya no lo compartas, eres mía en mil maneras
o quizás tan solo en una, que se enciende en mil estrellas.

La verdad es que eres mía, un poquito solamante
justo allí donde los sueños, son la imagen de un deseo
que se cumple cada día, que se cumple eternamente
en la risa de tus labios, en lo oscuro del recuerdo
en candiles intangibles, que iluminan el sendero
que te lleva hasta mis brazos, con la guía de adoquines
de colores centellantes, de ilusiones en sublime.

Eres mía en un poquito, aunque no lo reconozcas
porque tu alma está compuesta, en un trozo por la mía.
Eres mía en un poquito, siendo otro quien te tenga
aunque nunca llegue el día, en que vivas de mi boca

Y si un día en el futuro, nos volvemos a encontrar
por la vida o el destino, en la senda de adoquines
sentirás como tu piel, se estremece en los recuerdos
de una vida no ocurrida, de un pasado inexistente
y será en ese momento, en silencio y con distancia
cuando sin tu voluntad, volveras hasta aquel hito
que creiste ya enterrado, en las arenas de este tiempo
y por siempre te tendrá, como mía en un poquito.

domingo, 16 de marzo de 2008

Vacío

A veces me levanto en las mañanas preguntandome quien soy, como si aún permaneciera dormido.

Me miro al espejo por un segundo sin reconocerme, y así comienza la mañana de siempre. Salgo salgo a la calle, con el vacio supremo que solo el olvido puede dejar. Pero jamás sé lo que olvido, jamás recuerdo, jamás llega a mi mente ese trozo de vida que he perdido o que nunca he tenido.

En mi rostro, la fresca mañana hace un nido, llevandome a olvidar que algo he olvidado. Y así el día entero me consume, entre sus múltiples tareas y problemas, entre rostros conocidos y desconocidos. Las horas se deslizan, como los granos de arena en el reloj de mi vida, ahogando sutilmente el vacío ahora olvidado, dandole paso a la noche, con sus múltiples fantasmas y sus sombras indelebles.

Y en ese momento, en el que aún no llega el sueño ni se ha ido la conciencia, vuelve a tomar en mi corazón su puesto, la vacuidad incónume de lo antes olvidado y nunca recordado. Justo cuando la paz intenta hacerme su compañero, la inquietud del olvido me toma del cuello. Y sin poder resistirme, termino atrapado en un mundo de brumas y sueños, donde el día es olvido y el olvido es mi vida.

jueves, 13 de marzo de 2008

De Pie Frente a Mi...

De pie frente a Mi, de perfume vestida
mis ojos te observan, buscando respuesta.
Del por que de la entrega, de tu ser, de tu vida
de ese hermoso regalo, que a tu amor representa.

Y mirando tu piel, de impecable apariencia
noté que tus poros lloraban de ansiedad,
mientras caminabas con recelo y humildad,
mientras me mostrabas la belleza en tu precencia.

Tu pecho desnudo, a mi rostro enfrenta
y mis manos ávidas toman tu cintura,
mis ojos se cierran y mi boca encuentra
tu pequeño hombligo de sensual hermosura.

Me levanto ante ti, y de frente te miro
encontrando en tus ojos, el silencio de gritos,
que repiten "Te Amo" como eco infinito,
que me dicen "Soy tuya", cual hermoso zafiro.

Como niña pequeña te tomo en mis brazos,
y dejo tu cuerpo tendido en la cama,
de un leve susurro tu boca me llama,
y mi ropa en momentos se hace pedazos.

Tu piel se hace mia y tuya mi alma,
mi boca es tan solo tu boca en un beso,
tus ojos se cierran buscando la calma,
los míos tan solo de ti, me hacen preso.

Epilogo: Este poema lo escribí en el año 1995 a una mujer imaginaria, que se ha hecho realidad en el momento menos esperado de mi vida...